martes, 3 de mayo de 2011

Para el marco histórico de La contribución a la Crítica de la Economía Política, de Karl Marx.

Ésta es la presentación oficial (un poco retocada) que ha hecho la Editorial Siglo XXI de la nueva versión de los ELEMENTOS FUNDAMENTALES PARA LA CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA, de Karl Marx.


Los Elementos fundamentales para la Crítica de la Economía Política constituyen la primera síntesis de las investigaciones que Marx iniciara en noviembre de 1850, en Londres, cuando después de la derrota de la revolución de 1848 se retira de la escena pública para reanudar sus anteriores estudios de economía. A pesar de su estado fragmentario, de ser sólo el «borrador» (Grundrisse) de una obra que Marx no llegó a terminar, constituyen textos de fundamental importancia para comprender el proceso de elaboración de la crítica marxiana (que no marxista) de una teoría económico-política liberal que a la sazón, y después de contribuciones tan sólidas como las de Adam Smith, David Ricardo, Mill (James), Jean B. Say, y otros autores, podemos ya presentar como  muy elaborada, además de concluyente. Por otra parte esta obra constituye para muchos estudiosos de la obra marxiana una especie de eslabón perdido que permite reconstruir de una manera distinta el itinerario intelectual de un Marx que aparece hoy bajo una nueva luz.

Para esta nueva versión en castellano se han tenido en cuenta, además de la edición original alemana de la que son tributarias las traducciones clásicas al castellano hasta la aparición de esta nueva versión, el ingente trabajo de depuración crítica realizado por el Instituto Marx Engels Lenin (IMEL) de Moscú, que muestra la gran cantidad de errores y de imprecisiones, de criterios contradictorios y confusiones que se contenían en aquella primera edición en alemán. Esto ha permitido a este equipo de traductores ofrecer por primera vez después de la reciente traducción rusa, una versión de los «Grundrisse» depurada de errores y de un incuestionable valor científico. La traducción, cotejo y preparación de los originales y notas estuvieron a cargo de un equipo de trabajo de la Editorial Siglo XXI de Argentina coordinado por Pedro Scarón, traductor y especialista en temas cercanos al pensamiento marxiano original.


Una curiosidad: El término ‘marxista’ se aplica a cualquier teoría o, en su caso, a un sujeto o a un colectivo que se identifican y se consideran epígonos o seguidores del pensamiento de Marx considerado como un cuerpo doctrinal. Por su parte el término ‘marxiano’ se debe aplicar a lo que se considera originalmente producido o propuesto por el mismo Marx. Así, es más correcto hablar de ‘pensamiento marxiano’ que de ‘pensamiento marxista’, aplicando la expresión a la propia producción de Marx. De la misma forma que es más correcto hablar de pensamiento cartesiano que ‘cartesianista’ o ‘racionalista’ si nos estamos refiriendo al propio pensamiento y a la producción original de Descartes.

Según una celebrada anécdota un Marx que se encontraba postrado en el lecho de sus últimos días, al saber de las enconadas discusiones que estaban teniendo lugar sobre el carácter marxista o no marxista que debería tener la IIª Internacional en su reconstitución (cosa que ocurrió en 1889, cinco años después de su muerte) así le escribió a su yerno, el socialista francés Paul Lafargue: “Ce qu'il y a de certain c'est que moi, je ne suis pas Marxiste(Una cosa está clara para mí; y es que no soy marxista). La anécdota es más interesante, según algunas interpretaciones, de lo que parecería a primera vista: No se trataba de una simple ironía del fundador del ‘socialismo científico’, sino de una denuncia y una renuncia al dogmatismo, es decir, a la existencia de cuerpos teóricos o científicos cerrados e incontestables, de los cuales siempre abominó este cofundador (junto a Fr. Engels) del 'socialismo científico'.